miércoles, 27 de enero de 2016

Reflexiones Profundas



Jesús pago por tus pecados.



Amados de Dios, sea la paz de Cristo con cada uno de ustedes y con los suyos. Que la gracia de Cristo repose sobre ustedes y sean bendecidos y edificados en Jesucristo por medio de la fe en Aquel que dio su carne y sangre por amor a todos nosotros y esto lo hizo para redimirnos del pecado, apartándonos para si mismo de una generación mala y esto por la fe en su preciosa sangre que nos limpia de todo pecado y de esta forma somos santificados, justificados, redimidos y perfeccionados en Jesús y este regalo de Dios no es no por obras sino que es por la fe en Cristo quien es el Verdadero Dios y la Vida Eterna.

Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

– 1 Juan 5:19-21
La Palabra de Dios nos muestra que todo aquel que ha nacido de Dios por medio de la fe en Jesús el Mesías de Israel ahora es de Dios y ha sido apartado y sellado por Dios para salvación de su alma, mas todo aquel que no ha sido redimido por Dios está, lamentablemente, bajo el poder del maligno. La verdad es que si has recibido a Cristo y vives una vida digna delante de Dios, ya no estás bajo el poder del maligno, pero sino has recibido a Cristo estas bajo el poder del maligno. Dios quiere en esta hora darte la libertad de tal condenación y esta libertad la recibirás por la fe en Jesucristo el Hijo de Dios quien es la gloria y exaltación de Israel y la luz del mundo.

Pero ¿por que todos los seres humanos que no han creído en Jesucristo están bajo el poder del maligno? Todos nosotros somos descendientes de Adán y Eva quienes pecaron al desobedecer a Dios cuando comieron del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 3). Siendo la paga del pecado la muerte (Ezequiel 18:4) y la separación de Dios (Isaías 59:2), Adán y Eva pagaron la consecuencia de su pecado al ser destituidos de la gloria de Dios cuando fueron echados del Jardín del Edén y murieron.

Entonces, como descendiente de Adán, el hombre ha heredado una naturaleza caída, pecaminosa y apartada de Dios. La naturaleza del hombre es caída porque el hombre ha sido destituido de la gloria de Dios (Romanos 3:23) y es pecaminosa porque no hay hombre que no peque (1 Reyes 8:46) y es apartada de Dios porque las iniquidades han hecho un muro de separación entre Dios y el hombre (Isaías 59:2)

Pero Dios dio las buenas noticias (evangelio) a través de sus santos profetas que redimiría a su creación de ese estado caído, pecaminoso y apartado y esto Dios lo lograría al sacrificar como ofrenda agradable a su único hijo Jesús en expiación de nuestros pecados. Dios anuncio esto a través de Daniel a quien le revelo que el Mesías Jesús había de morir por nuestros pecados expiándolos con su sangre, terminando con su sacrificio perfecto el pecado y la prevaricación y trayéndonos justicia perdurable (Daniel 9:24-26)

Y Dios cumplió su palabra al sacrificar por nuestros pecados a Jesucristo sobre uno de los montes de Jerusalén hace miles de años y por medio del sacrificio de Cristo ha traído abundante redención gratuita a todo aquel que cree en su Hijo Jesucristo y todos los que hemos recibido esta redención hemos sido sentados con Cristo en los lugares celestiales (Efesios 2:6) y ya no veremos muerte (Juan 8:51) y aunque hayamos dormido en Cristo viviremos (Juan 11:25). Jesús el Mesías vino a morir por nosotros para redimirnos de la esclavitud al pecado al pagar el precio de nuestra redención con su preciosa sangre.

Entonces, cuando Adán y Eva pecaron arrastraron consigo a toda su descendencia para servir a la esclavitud del pecado, es por esta razón que todo aquel que no ha sido redimido por Cristo está bajo el poder del maligno y roba, mata, miente, etc. (1 Juan 5:19). Y es que las Escrituras nos enseñan que quien es vencido por uno es hecho esclavo de este. Dice el Apóstol Pedro sobre esto: “Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.” (2 Pedro 2:19). Entonces, cuando Adán y Eva fueron engañados por el diablo, fueron vencidos por este. ¿La consecuencia de ello? Toda la descendencia de Adán y Eva nacerían como esclavos y estarían sirviendo en esclavitud al pecado hasta que fuera redimida por Dios de dicha tiranía.
¿Quiénes forman parte de la descendencia de Adán? Todos. Así que no hay nadie que no necesite la redención de Dios del pecado y cuando fallas a Dios no es siempre porque quieras hacerlo, es por tú desciendes de Adán y Eva y por nacer de ellos, nacimos en esclavitud al pecado y la consecuencia de esta esclavitud es la muerte eterna y separación de Dios, pues escrito esta:
El alma que pecare, esa morirá.
– Ezequiel 18:4
Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
– Isaías 59:2
Pero Dios envío a su Hijo, cumpliendo con las Escrituras, para redimirnos de la esclavitud al pecado y con el propósito de salvar a la humanidad,. Dios no nos redimiría por medio de sacrificios de animales ni de ofrendas ni holocaustos por el pecado, pues Dios escrito esta:
Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado.
– Salmo 40:6
Podemos ver, amados de Dios, llamados a ser santos y perfectos en Cristo el Hijo de Dios, que a Dios no le agradan los sacrificios ni ofrendas, ni holocausto o expiación por el pecado ha demandado. Y es que los sacrificios que son por la ley no pueden redimir al hombre del pecado, pues es imposible que la sangre de un animal, hecho por Dios inferior al hombre, pueda redimir al hombre de su pecado. Sacrificar un animal para redimir al hombre de sus pecados es como poner en una balanza una moneda que vale 1 centavo en pago de algo incuantificable que es alma del hombre.
Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, ni dar a Dios su rescate (Porque la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás).
– Salmo 49:7-8

¿Y porque esto es así? El hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios mismo (Génesis 1:26). Es por esto que no puede un animal, hecho inferior que el hombre, redimir a toda la humanidad. Ahora podemos entender el porqué ningún ser humano podrá redimir a su prójimo o a sí mismo por sus propios medios, pues la redención de nuestra vida es de gran precio y no se logra jamás con riquezas ni con sangre de animales ni con buenas obras ni filosofía ni con la religión.

La redención y el perdón de los pecados no se logra con nuestras buenas obras; pues escrito esta que todas nuestras obras son trapo de inmundicia (Isaías 64:6). Tampoco se logra creyendo que somos buenos, pues escrito esta que no hay bueno ni aun uno (Salmo 14:3, Mateo 7:11) ni podemos justificarnos ante Dios por nuestros medios, pues escrito esta que no hay hombre que se pueda justificar delante Dios (Salmo 143:2). Y como para nosotros es imposible agregar una hora a nuestra vida (Mateo 7:27) mucho más imposible es lograr por nosotros mismos nuestra salvación y pagar a Dios de nuestros bolsillos el rescate de nuestras almas. Más Dios quiere redimirte ahora mismo y ya sacrifico a su Hijo Jesucristo para pagar por ti la deuda de tus pecados. Jesús pago por tus pecados con su preciosa sangre, no rechaces a Cristo quien te ama y se dio por ti mismo. Quizás hayas sido rechazado por alguien en esta vida pero Cristo no rechaza a nadie que viene a él.
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

– Juan 6:37
No importa lo que hayas hecho ni cuantos pecados hayas cometido. Si vienes a Cristo él nunca te echara de su lado sino que te recibirá con los brazos abiertos; hoy te puede suceder como a aquel joven que malgasto sus bienes y volvió a su padre arrepentido y su padre le recibió con los brazos abiertos y gran fiesta (Lucas 15:11-32). Si te arrepientes hoy, en el nombre de Jesús, en los cielos abra gozo y alegría por tu alma pues eres muy amado por Dios desde antes que nacieras.
Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
– Lucas 15:10
Entonces, ¿Cuál era el papel de los sacrificios de animales en la ley de Moisés? Los sacrificios de animales anunciaban el sacrificio de Cristo el Hijo de Dios quien seria sacrificado para redimirnos de la esclavitud y llevaría sobre sus espaldas nuestros pecados (Isaías 53). Y Dios anuncio el sacrificio de su único Hijo Jesucristo a través de la prueba de Abraham (Génesis 22) en la cual él debía sacrificar a su único hijo, a su amado, a Isaac, sobre uno de los montes de Jerusalén (Génesis 22:2), solo que Isaac no fue sacrificado, sin embargo Jesús si fue sacrificado para redimirnos de todo pecado por medio de su preciosa sangre.

Algunas veces pasamos la vida entera preguntándonos para que estamos en este mundo si al final morimos. Nosotros estamos aquí para recibir la vida eterna de las manos de Dios como un precioso regalo que recibimos por fe en Cristo Jesús y el único medio para agradar a Dios es tener la fe en su Hijo Jesucristo a través de quien, por la fe en su sacrificio, somos santificados y perfeccionados (Hebreos 10:10-14).

Si no lo sabías, conoce ahora que por la ofrenda del cuerpo de Cristo somos limpios de todo pecado y de toda mancha producida por este, y al ser limpios de todo pecado entonces somos salvos, justificados, redimidos, santificados y perfeccionados por la sangre de Jesucristo. ¿No es esto maravilloso? La paga del pecado es muerte, mas el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23). Acepta a Cristo, no hay que ser científico ni profeta para conocer que sobre la tierra vienen grandes juicios, escapa de la ira de Dios la cual viene sobre toda la humanidad que le ha desobedecido y no ha recibido el perdón de los pecados en Jesucristo.

Dios envío en carne y sangre a su Hijo Jesucristo para a través de él hacer una nueva creación y esta nueva creación es santa, perfecta, justificada, redimida de toda esclavitud al pecado y por lo tanto libre. De esta nueva creación somos parte todos los que hemos creído en Jesucristo y guardamos sus mandamientos y así, aunque en la carne descendemos de Adán, en el espíritu hemos sido engendrados por Dios a través de Jesucristo.

Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
– Juan 1:12
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
– Juan 3:5-6
Y como hijos de Dios, nacidos del Espíritu de Dios por medio de la fe en Jesús el Mesías, ya no somos esclavos del pecado sino que hemos sido libertados del pecado y ya no somos caídos, pecaminosos y apartados sino que por medio de la sangre de Cristo hemos sido sentados en lugares celestiales con Cristo (Efesios 2:6), fuimos hechos santos y perfectos (Hebreos 10:10-14) y hemos entrado a la presencia de Dios por el camino nuevo, que es la carne de Cristo (Hebreos 10:20).

Es tan excelente el conocimiento de Cristo que una vez que recibí a Jesús pase de muerte a vida y de practicar el pecado a vivir en santidad. Tan excelente ha sido para mí el conocer a Jesús que por amor a Cristo he dejado todo y ahora vivo lleno del amor de Dios y tanto he dejado que he renunciado aun a ser llamado judío para seguir el Camino, la Verdad y la Vida que es Jesucristo (Juan 14:6).

Desde que tenía 7 años oro para que Dios me haga volver a la tierra de Israel de la cual Israel fue expulsado, mas ahora que planeo regresar me han informado que, como creyente de Cristo, para obtener la ciudadanía como judío tengo una sola opción: Negar al que me salvo en la cruz con su sacrificio y si bien puedo obtener la ciudadanía aplicando como extranjero, como descendiente de judíos tengo el derecho dado por Dios a recibir mi ciudadanía como judío, sin embargo, dado que las autoridades de mi amado pueblo, por no conocer a nuestro Gran Dios y Salvador, han decidido que un judío que confiese a Jesucristo como Señor y Salvador no puede recibir su ciudadanía como judío, entonces, yo he escogido no negar a Cristo y quedarme sin mi ciudadanía como judío aunque pueda luego establecerme como extranjero en Israel. Y es que más vale Cristo que todo lo que podamos desear o tener en esta vida. Yo conoci a Cristo y se que Él es verdadero y fiel y puede sanarte, liberarte, perdonar tus pecados. Cristo es Dios mismo hecho carne y sangre y vino en carne y sangre para dar su cuerpo en expiación por el pecado, liberando a toda su descendencia de la muerte (Hebreos 2:14).

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo.
– Hebreos 2:14

Jesucristo es la salvación, gloria y exaltación de Israel y de toda la humanidad, por esta razón me siento con mucha alegría por ser tenido por digno de rechazar algo material y temporal por mi Gran Dios y Salvador Jesucristo y esto para recibir algo eterno que es el Reino de los Cielos y lo digo también como testimonio para que aquellos que no valoran a Cristo lo valoren, lo amen y respeten y sepan que Él y solo Él es la vida y si tienes todo pero no tienes a Cristo entonces nada tienes, pero si tienes a Cristo el Rey de Israel, aunque no puedas tener nada, ya eres más que rico.

Recibe hoy a Cristo y al recibirlo ya no serás un esclavo del pecado sino que serás libre y habrás pasado del reino de las tinieblas al Reino de los Cielos por la sola fe en Jesucristo. Para recibir a Cristo haz ahora esta oración, creyéndola en tu corazón y confesándola con tu boca:


“Señor Jesús, te necesito. Te abro mi corazón y te invito a que entres en mí. Hoy te confieso como mi Señor y mi Salvador y te agradezco por perdonarme todos mis pecados. Yo creo que tú moriste por mis pecados y resucitaste al tercer día y apareciste a tus discípulos y creo que al recibirte he recibido también el regalo de la vida eterna. Lléname con tu Espíritu Santo e inscribe mi nombre en el libro de la vida. Amén"
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